Recibiendo el otoño, alargando el verano

 

        La llegada del otoño se empieza a notar ya. 

        No sólo son las horas de luz, cada vez más cortas; son las hojas que empiezan a amarillear, el viento fresco que sopla, la lluvia que cae y rebaja la temperatura del ambiente.

        El cambio de estación es inevitable, pero me he propuesto alargar el período estival con este jersey; así, mientras abrigo mis días disfruto del color del cielo o del mar propios del verano.

 

        La lana es Katia New Cancun, color 64.

 

        Las agujas del 3 1/2.

 

        El diseño, cualquiera que os guste, os ilusione y os reconforte, una vez acabado, al rememorar los días de verano. 

Remedios contra el calor

Un remedio contra el calor es un buen jersey calado.

No es la primera vez que subo un modelo calado en este blog, y es que para el verano hay mil combinaciones y colores, y el resultado siempre es agradecido y sorprendente. A ver qué os parece este.

 

Os dejo las indicaciones para realizar el calado:

•  Primera vuelta (derecho de la labor):
• Un (1) punto del derecho.
• Dos (2) puntos juntos del derecho.
• Hebra (como si el siguiente punto se fuera a hacer del revés).
• Dos (2) puntos del derecho.
• Id repitiendo hasta acabar la vuelta.

•   Vuelta del revés:
• Un (1) punto del revés.
• Dos (2) puntos juntos del revés.
• Hebra (como si el siguiente punto se fuera a hacer del revés).
• Dos (2) puntos del revés.
• Id repitiendo hasta acabar la vuelta.

 

Como podéis ver es sencillo, pero como sucede con todos los calados hay que prestar atención.

En cuanto al elástico, en este caso opté por un elástico retorcido (en las vueltas impares, dos puntos del revés, luego dos puntos juntos al derecho y, sin sacarlos de la aguja izquierda, volver a tejer el primero de estos dos puntos al derecho. En todas las vueltas pares tejer los puntos como se presenten).

Y para los remates empleé unas vueltas de punto del revés y punto de cangrejo.

Aquí lo dejo para que juguéis con vuestra imaginación. Una última recomendación para los calados: llevad siempre un foulard por si refresca ; )

 

 

 

Echar una carta al buzón

Qué sencillo parece echar una carta al buzón.

Tienes alguien a quien escribir, coges lápiz y papel, un sobre, un sello. Bajas a la calle a buscar un buzón o vas a Correos.

Igual de sencillo es pasear por la orilla del mar, quedar con los amigos, que los niños vayan al parque. Andar, correr, salir a que te dé el sol.






Todo esto lo volveremos a hacer, al igual que en estos días de confinamiento vemos lo que antes sólo mirábamos; retomar pequeñas costumbres, ser conscientes de su existencia, algo que la vorágine del día a día no nos permite apreciar.

 Este bordado lo realicé hace veinte años. Mi casa se empezaba a convertir en un hogar.

Ha tenido que pasar todo este tiempo para volver a apreciar la belleza de la escena que tanto me gustó: algo tan sencillo como el gesto de tres niños frente al mar que, entre juegos, paran un momento para echar una carta en un buzón.

Para la pequeña Alicia

Que la vida te enseñe que todo lo que no se da, se pierde;

que un hecho vale más que todo un mundo de promesas;

que cada fracaso nos enseña algo que necesitábamos aprender,

y que cuanto más compartimos, tanto más tenemos.

Te deseo, por tanto, inteligencia para aceptar el entorno;

imaginación para que sea tu auténtica alfombra mágica;

curiosidad porque será tu verdadera escuela,

y confianza en ti misma, que será el primer secreto de tu éxito.

Que no te falte nunca, no ya un paisaje nuevo, sino la posibilidad de verlo con una nueva mirada;

ni raíces, que son las que te darán alas;

ni pensamientos nobles, señal de que nunca estarás sola.

Pero sobre todo, por encima de todo, te deseo que nunca te falte el calor de una prenda tejida por un ser querido.

Revista Katia, Principiantes, nº 4.

Manga por hombro

Tan pronto hace frío como que vuelve a calentar el sol.

Tan pronto llueve como que se despeja.

Tan pronto hace viento como que el aire se aquieta.


Así es el paso del verano al otoño.

Un tiempo cambiante en que uno no sabe qué ponerse y que nos lleva a tener el armario manga por hombro.

Esa es, precisamente, la prenda que os presento hoy.

Muy fácil de hacer, versátil y, sobre todo, le puedes aplicar los motivos que tú quieras.

 

Yo he optado por ochos, un sencillo calado y unos puños con elástico retorcido.

Feliz transición al otoño.

A vueltas con el frío

Era evidente que el frío había de volver.

No con la misma intensidad del pleno invierno, cuando al doblar la esquina el viento gélido te muerde el rostro.

Tampoco para protegernos de nuevo con capas y más capas, deseando deshojarnos al llegar a casa.

Pero sí lo suficiente como para volver a recuperar la lana. Sentir su abrazo cálido alrededor del cuerpo, su tacto mullido entre los dedos.

Os dejo, en esta entrada, un ejemplo de prenda para estos días en los que las estaciones se trastocan para nuestro desconcierto.

No os dejéis engañar; es lana con apariencia de pelo.

 Espero que os guste.

La camisa blanca

Llega el otoño y recupero mi preciada camisa blanca.

No tiene nada de especial, ni invertí mucho en ella, pero no hay mejor prenda en un fondo de armario.
Es lo más sencillo, lo más versátil, lo que más juego da en una estación cambiante como esta.

Pero... horror...

No contaba yo con que se había rasgado una costura.

¿Qué hacer? No hay manera de arreglarla.
¿La tiro? No, no, no, ni hablar, con lo bien que me sienta...

Veamos, una vez más habrá que hacer uso de la imaginación: esto, con una plantilla y una tela japonesa se arregla.

¿Qué os decía yo? Como nueva.

Os dejo estas fotos.

Como siempre, confío en que os inspiren.